Sorpresivamente se ha puesto todo un gobierno, con todos los recursos del Estado, incluyendo al Presidente, al servicio de la campaña de los candidatos oficialistas.
Pero no debemos engañarnos, pues todo esto no es más que un puro chantaje politiquero, con el fin de manipular a la opinión pública para favorecer sus candidatos con los recursos del pueblo, ya que no tienen nada que ofertar, que no sea más mentiras, promesas, engaño, corrupción, hambre, inseguridad, violencia y muerte.
Los recursos que se derrochan en campañas electorales innecesariamente, bien pudieran ser aprovechados para impulsar políticas de desarrollo que contribuyan a mejorar la vida de nuestra gente.
Da pena que tengamos que esperar cada campaña electoral para ver realizadas algunos de los problemas que padecemos permanentemente, y que tan fácil se nos olvide que solo cada dos o cuatro años se acuerdan de nosotros. Pocos meses después de pasadas las elecciones estos candidatos que “tanto” se duelen por este pueblo, no serán vistos ni en pintura, y junto con ellos se van las ambulancias, comida y maquinarias de hacer bulto.
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